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miércoles, 14 de marzo de 2012

Capitulo 20: Habitaciones.


Era enorme. La sala de ordenadores era una gran mesa blanca rectangular repleta de ordenadores portátiles. Lara me enseño todas las habitaciones y me llevo a la mía, en mi habitación había un gran vestidor y estaba repleto de ropa y demás.

-Es cosa de Alice, tranquilo, nos lo hace a todos, no le podemos parar los pies a ese duendecillo.- dijo Lara al ver la cara que puse.

Mi habitación estaba decorada en tonos blancos y negros con diseños florales. En la casa predominaba los colores blancos, dorados, grises y marrón tierra.

 Estaba cansado, por lo que decidí que lo mejor para relajarme era darme una ducha.  

Cogí un chándal de color gris y una camiseta roja de manga corta del vestidor y me dirigí al enorme baño de color marrón.

Cuando estaba terminando de ducharme alguien llamo a la puerta, por lo que termine lo más rápido posible.

-Carlos- escuche llamarme una voz femenina desde la puerta del baño. Supuse que era Lara.
- Un momento- Dije mientras me anudaba una toalla a la cintura y abría la puerta.

Ella me recorrió con la mirada de arriba a abajo mientras se mordía el labio inferior.  
- Han llegado mis padres y quieren conocerte, vístete.
- Pero... No estaba de viaje.
- Si, pero han vuelto antes de lo previsto.
- Y ¿que me pongo? Porque esto no me sirve- le dije señalando el chándal.

No sabía muy bien que ponerme y quería caerles bien a sus padres.

- Ven-dijo mientras me arrastraba a mi habitación y me llevaba hacia el gran vestidor.

Me tendió una camiseta de color gris, una sudadera de color azul claro que conjuntaba con el color de mis ojos y unos vaqueros.

- Bueno, vístete, te espero en tu habitación… Uf, que raro suena eso.- dijo y fui al cuarto de baño a vestirme. Intente tardar lo menos posible y me dirigí a mi habitación.

-¿Qué tal estoy?
-Perfecto… ¿Vamos?- me dijo mientras me tendía la mano.
-No hasta que me des un beso.
-Esta bien- Dijo antes de colocar sus labios sobre los míos, cuando termino le di la mano y bajamos al salón.

Allí estaban sentados ellos, en uno de los sillones negros del salón. Lara me agarro más fuerte de la mano para darme fuerzas.

-Mama, Papa, este es Carlos… Mi novio- Dijo Lara.
-Oh, Carlos, por fin mi hija es feliz y eso es gracias a ti- Dijo la madre de Lara mientras me daba un tierno abrazo.
-¡Mama!- se quejo Lara.
-Ahora eres parte de nuestra familia- dijo haciendo caso omiso a lo que había dicho su hija. Era tan amable, tierna… no había un adjetivo correcto para describirla.

El padre de Lara  no estaba tan “amable” como su madre.

-Es un placer conocerte, Carlos. Espero que tu no le hagas daño a mi niña.- dijo mientras me estrechaba la mano.
-Nunca le haría daño, señor.- le dije para que quedara claro que nunca le haría nada que la hiriera, jamás se me ocurriría.
-Por favor, llámame Nahuel… Bueno, que ¿Te ha gustado el coche?- me pregunto mientras nos dirigíamos al sofá y nos sentábamos de nuevo.
-Si, aunque no hacia falta que me comprarais nada.
-Paparruchas, eso no ha sido nada para mi economía.- Dijo sabiendo que me refería al dinero, seguro que Lara le contó algo.
-Hijo- Me dijo mi madre desde la cocina, supuse que para que no discutiera más sobre “dinero”. No me había dado cuenta de su presencia, estaba tan nervioso de caerles bien a sus padres.
-Lara aun no me ha dejado conducirlo, por lo que no se si va bien- le dije.
-A si es mi hija, le encantan los coches- Dijo Nahuel.
-Carlos, quieres que demos un paseo por el jardín.- me dijo Lara aunque mas bien era una afirmación en vez de una pregunta.
-Claro.

Cuando salimos por el gran ventanal, que daba al jardín, Lara me cogío de la mano y me dijo:
-Le has caído bien a los dos, nunca hubiera imaginado que te recibirían así.
-Lara tengo que preguntarte algo- le dije recordando lo que me había dicho su padre.
-¿Qué?
-¿Quién te hizo daño? Por la reacción de tu padre, se ve que te han hecho mucho daño.
-Es una larga historia, ya te lo contare mas adelante, cuando este preparada.

La abrace y la bese para que se sintiera mejor. Esperaría a que ella estuviera segura para contármelo, de eso estaba seguro.